El destino nos ha llevado a parar aquí, a una isla llamada Thinaré , dos horas en catamarán desde Bahía. Entre baños en paradisíacas playas y descansando en hamacas con el mar de fondo, intentamos hacer balance de los buenos momentos vividos en la ciudad de Salvador de Bahía, que para sorpresa nuestra, nos brindó unos maravillosos momentos.
La ciudad nos recibió con un calor sofocante, llevando a nuestras espaldas dos buenas mochilas y un par de vuelos a horas intempestivas de la mañana que hacían arrastrarnos literalmente por las empinadas calles de Salvador.
Para nuestro asombro, el lugar donde nos íbamos a alojar era una antigua mansión colonial de 300 años de antigüedad, con techos altísimos, suelos de madera…en fin, un lujazo. Fue precisamente en esta fantástica pousada donde conocimos a un grupo de chicos encantadores, que con apenas cuatro palabras cruzadas, nos invitaron a salir de fiesta esa misma tarde.
Poco sabíamos de la fiesta de Salvador de Bahía y menos aún que ésta fuera un martes.
Agradecidos por la invitación nos fuimos todos rumbo al barrio del Pelhourinho, zona de casco histórico y donde se congrega todo el ambiente. Nada más llegar y justo cuando nos acabábamos de adentrar en sus empedradas y estrechas calles, nos encontramos a una banda tocando batukada. Pertenecían al único grupo de chicas que tocan éstos instrumentos en la ciudad. El sonido era tan hipnotizador como la coreografía que todas, al unísono, transmitían al público que espontáneamente allá se congregaba. La energía y el vibrar que llegaron a transmitir fue indescriptible, pudiendo comprobar que el rimo brasileiro lo llevan en la sangre.
Por si ésto fuera poco, y abriéndonos paso entre las abarrotadas calles, nos encontramos al girar una esquina una escalinata a los pies de una iglesia. El espectáculo era de foto: cientos de personas bailando y cantando al son de un grupo brasilero cuyo nombre no consigo recordar… El ambiente era muy exótico: “reggae”, “rastas” ...Bien, esa noche la acabamos de la mejor manera posible: bañito reparador de madrugada en la playa bajo el resplandor de la luna… Un flipe!!!!
Pero claro, a parte de muchísima y muchísima fiesta, Bahía también tiene un pasado histórico de lo más interesante. Fue la primera capital de Brasil y fue también aquí donde llegaban todos los esclavos procedentes de Nigeria y Senegal , de ahí que el 80% de sus gentes sean de color. La ciudad es imperdible, única, llena de vida, de colores, de místicas religiones, de música espontánea, de gente bailando Capoeira… Así hemos pasado éstos días: con una sonrisa de oreja a oreja, recorriendo sus calles, comiendo moqueca (plato típico Bahiano) y hasta fuimos de peluquería!!!! (espero que mi tia nos perdone por haber encontrado un sustituto por estas tierras).
Harían falta dos vidas para sacarle todo el jugo a ésta ciudad.
Vaya vaya con el viajecito...
ResponderEliminarq envidia m dais!
m he mirado el blog por encima y madre mía!solo con mirarlo ya t pones en escena...
x cierto, he visto algun q otro balón en alguna playa...pero m falta algo más de futbol q un concierto en la bombonera!!!
futbol en las favelas, por ejemplo, es decir en estado puro??? alguna del estadio d Maracaná, la Bombonera...pa la colección!jejeje
en fin a seguir disfrutando, chicos!
Victor, futuro entrenador del RMadrid, o quizás de Boca, de River, Flamingo...
Un besote pa los dos!
Daros cuenta lo imbuido que me encuentro en vuestro viaje, que este año he decidido que el deporte que se trabaja en las jornadas deportivas de mi cole es nada menos que la Capoeira brasileira!!!
ResponderEliminarTengo a todos los críos del cole haciendo ruedas, pinos-puentes.... patadas voladoras y cantando OOHHHH Baiiihha, ohhh bahíiiaaa lalalal
jjajajaj
Un besazo macos!!!!
Raulito, Mar... estais bien??? hace ya una semana que no sabemos de vosotros? jo esto de que esteis a tomar por culo no mola nada porque empiezo a pensar cosas feas... Decid algo!!!
ResponderEliminarPd. Rulo, ayer vi tu coche dando una vuelta por ripollet, y no lo conducias tu, creo que lo llevaba el padre de mar, estuve a punto de saltar en el capo y pegarle dos hostias al conductor, pero el hombre tenia cara de buena persona, y tampoco era plan de mostrar agresividad!
Si lo veo otra vez por ahí, te prometo que lo asalto!