martes, 23 de febrero de 2010

!!!Loco, esto también es Argentina!!!






Calamaro, Buenos Aires, la cerveza "Quilmes", el fútbol, el glaciar...

Si antes del viaje nos preguntan por Argentina, seguramente hubiésemos contestado con algunos de éstos iconos que nos llegan a Europa del país de Dieguito Maradona.

No obstante, ya sea por intereses políticos y/o económicos, existe otra Argentina más desconocida pero más interesante y auténtica si cabe: la aborígen y "Quechua".

Ubicada en regiones inóspitas, de difícil acceso y casi olvidadas, habría que recorrer días de viaje por autobuses ruinosos y destartalados desde la capital federal para conocer más esta cultura.

Pueblitos como Humahuaca, Maimara o Purmamarca viven todavía anclados en su pasado ínca, a escasos kilómetros de la frontera boliviana. Éstas villas son muy diferentes a la Buenos Aires que representa a una Argentina que ansía mostrarse al mundo con un señorío ciertamente discutible.

En estas remotas regiones salir adelante cuesta un poco más. Incluso el oxígeno es mas escaso.

Localizadas a casi 4000 metros sobre el nivel del mar, el mal de altura se calma con hojas de coca y bica vendidas legalmente en kioscos y mercados. Resulta el medicamente immediato ante la auséncia de hospitales y farmacias.
Aquí, donde tiene más poder la "pachamama" (Madre Tierra) que el gobierno de la presidenta Kitschner, los caprichos de los dioses condicionan la calidad de la cosecha y la salud del ganado.
En este lugar, donde el transporte de llamas es tan importante como el metro en la capital, éstos sagrados animales se cuidan como un auto nuevo recién sacado de concesionario.

Es en esta región donde educar por un futuro mejor es más utopía si cabe. Así, las escuelas proclaman valores de respeto y amor a la cultura y al ecosistema.

Es aquí donde en lugar de grandes superfícies comerciales hay mercados artesanales donde venden pequeñas obras de arte manufacturadas en vez de productos en serie.

Todavía no ha llegado la burbuja immobiliaria, por eso las casas de adobe, cañas y barro són verdaderos hogares autoconstruidos.
Aquí, los ancianos indígenas son respetados y adorados como verdaderos poseedores de la sabiduría fruto de años de experiéncia, dándole un valor a las tradiciones mayor que el poder de las series de moda del televisor.
Y aquí, paradójicamente, también ondea la bandera argentina.
Desde éstas líneas esperamos poner nuestro granito de arena para que se conozca, se aprecie y no se olvide ésta cultura de marcadas tradiciones ancestrales y que tanto debemos respectar y apreciar.
PD: dedicado a Luzmía y Sebastián, de siete y dos años de edad respectivamente, que muy educadamente nos pidieron en lugar de dinero, unos caramelitos. (foto 3)

Tilcara, 23-02-2010